Mucho se habla de la relevancia que tiene el equipo en una startup para que su proyecto camine hacia el éxito, pero ¿qué sucede con éste cuando la empresa comienza su proceso de crecimiento? Una de las tareas fundamentales que tiene es la de buscar talento que se sume a las actividades que originalmente han realizado los fundadores y para nuevas áreas que se van implementando.
Por lo general, en esta etapa de crecimiento los emprendedores priorizan la contratación de personal y aunque es útil para resolver las necesidades más apremiantes, es necesario poner atención a la creación de planes de carrera, establecimiento de sistemas de evaluación de desempeño, definición de cultura, clima laboral, etc.
No obstante, los emprendedores no siempre poseen experiencia en reclutamiento y esto termina siendo muy costoso para la empresa. No tener a alguien capacitado para efectuar una selección estratégica o no seleccionar a la persona indicada tendrá como consecuencia una constante rotación, un mal clima laboral, la gente estará menos motivada y menos productiva, lo que hará que la realización de su trabajo no sea smart. “Según un estudio de SHRM, la mayor preocupación de las empresas a la hora de contratar a la persona equivocada es el efecto negativo en la motivación de los empleados (39%) y su productividad (34%), ya que todo ello afecta a las ganancias de la empresa.” (1)
Las empresas necesitan crean un sistema de gestión y de organización alineado a su ideología, de ahí que las startups se inclinen por esquemas de organización dinámicos, por lo que deberán considerar qué tipo de perfiles pretenden reclutar y con ello un trabajo integral estratégico que considere 3 etapas 1) reclutamiento per se, 2) desarrollo y 3) retención; de lo contrario, será como llenar un vaso con agua agujerado, ya que aunque se llegue al tamaño deseado de empleados contratados, la gente tenderá a irse de la empresa, por lo que sugerimos:
Diseñar una estrategia para atraer, desarrollar y retener al equipo.
Crear una cultura que permita tenerlo motivado, cohesionado y enfocado en los objetivos organizacionales. Fomentar una comunicación activa y oportuna; genera vínculos, motivación y desarrolla el talento. Este tipo de empresas son tan cambiantes que, si el equipo mantiene foco en los objetivos podrá hacer frente a todos los cambios inesperados que se presenten sin que afecte su funcionamiento.