Comenzar una compañía es un momento sumamente abrumador, ya que hay muchas demandas de tiempo, energía y dinero. Además, es un periodo lleno de muchos riesgos, ya que de acuerdo con AMEXCAP en México sólo el 35% de los emprendimientos sobreviven los primeros 5 años, salvo que levanten capital (alcanzando más del 80%).
Poner una compañía en marcha requiere de un financiamiento sustancial y conforme pasa el tiempo la necesidad de recursos financieros se va incrementando. Por lo que los fundadores tienen que hacer lo indispensable por obtener diversas fuentes de financiamiento, incluidos amigos y familiares, los recursos propios de los fundadores, inversionistas ángeles o venture capital, aunque en los dos últimos casos signifique que tendrán que renunciar a control y capital de la compañía. El no contar con alguna de estas fuentes de financiamiento se puede convertir en el principal obstáculo y en la razón más importante de su fracaso.
Esto se traduce a que la principal falla de las startups es el flujo de efectivo, para lo cual, será necesario crear estrategias financieras para evitar morir antes de tiempo. Pero ¿qué es lo que se necesita hacer para ello? Como pequeña compañía, debes de asegurarte de administrar tu dinero de manera eficiente y profesional. El flujo de efectivo no necesariamente significa que no estes teniendo suficientes ventas; sino que existe un desajuste entre las entradas y salidas de efectivo. La solución del problema depende de la creación de estrategias financieras para el éxito de la puesta en marcha, y en G2 Consultores te decimos que incluyen:
Parte de una mejor planificación financiera implica proyectar distintos escenarios posibles, poniendo en marcha estrategias proactivas para eventualidades cuando surjan problemas de efectivo. De esta manera, estarás en una mejor posición para negociar con sus acreedores y priorizar los pagos para mantener el efectivo positivo. Otra herramienta es establecer un fondo contra los déficits de efectivo, ya sea reservando una parte de tus ingresos para los problemas de flujo o destinando una parte de las aportaciones o levantamiento a working capital.
Tener muchas cuentas por cobrar detiene el ciclo financiero de la empresa, ya que no puede materializar su cartera y por lo tanto no puede usar lo que es esencialmente su propio dinero para satisfacer las obligaciones financieras. Las startups y/o los emprendedores usualmente en etapas tempranas no cuentan con muchos recursos, y si no implementan una estrategia financiera a tiempo, pueden comprometer su continuidad, incluso si su concepto comercial inicial (producto o servicio) es brillante, simplemente porque el modelo comercial (administración financiera/recaudación de pagos) es defectuoso.
Factoraje: es un instrumento financiero en el que adelantas el cobro de una factura a través de un intermediario (institución financiera o bancaria) que te cobra un porcentaje de interés por adelantarte ese flujo.
Crédito Simple: es el instrumento más común, paga mensualidades sobre el capital prestado más un porcentaje de interés a un plazo fijo.
Crédito revolvente: haz uso del capital prestado y paga intereses únicamente por los días que lo utilices, cuidado con los cobros por disposición y demás comisiones.
Recuerda que toda institución financiera y especialmente bancaria, te pedirá que tengas al menos un par de años de tracking para poder analizar tu desempeño financiero y capacidad de pago, un buró de crédito impecable y en algunos casos y dependiendo de los montos, garantías hipotecarias o terceros obligados solidarios. Evita endeudarte innecesariamente y poner en riesgo tu proyecto.